Relaciones Iglesia-Estado en Guinea Ecuatorial (1855-1992). Tomo I. Estudio Histórico-Jurídico
Dr. Fernando Ignacio ONDO NDJENG AFANG Pbro.
Este libro, que recoge la primera parte de la historia jurídica de las relaciones entre la Iglesia y la comunidad política de Guinea Ecuatorial, ha pretendido mantener un equilibrio, muy logrado, entre la moderación política y el sentido religioso de la vida. Quien no lo sitúe en ese contexto, corre el riesgo de interpretar lo que no se entiende. No hay ninguna gota de hiel contra nadie. En todo caso, el autor ha llevado demasiado tiempo proyectando ofrecer para la Iglesia y para la Comunidad Política Nacional, unas alternativas inéditas que marcan una impronta particular en las futuras relaciones jurídicas entre la Iglesia y el Estado de Guinea Ecuatorial.
El autor de este libro, que tanto puede contribuir a la paz y desarrollo de Guinea Ecuatorial, es D. Fernando Ignacio ONDO NDJENG AFANG; nacido en el último escalón de Monte raíces, donde el río Ekuku recoge sus primeras aguas para ser río largo y caudaloso, el 31 de julio, 1964, hijo de D. Marcos Ndjeng y Dª Ana Afang, en un pueblecito que se llama ENIGAKUGU-ONVANG (Niefang).
Hizo sus primeros estudios en el Colegio-Internado Santa Ana de Añisok. Tras concluir el ciclo primario, inicia los de Bachillerato en el INEM de la ciudad de Añisok, para culminarlos en el Instituto Carlos Lwanga de Bata en 1983.
Habiendo sentido la llamada al sacerdocio, comienza un largo proceso de formación dentro y fuera de las fronteras de Guinea Ecuatorial.
En 1983, ingresa en el centro de Filosofía San “Juan Bosco” donde obtiene el título de bachiller en Filosofía y Pedagogía. Más tarde, realiza los estudios teológicos en el Seminario Mayor Diocesano de Tenerife (España), obteniendo la licenciatura en Teología.
Ordenado sacerdote por Mons. Anacleto SIMA NGUA en 1992, es enviado a la Universidad de Navarra, donde obtiene, en 1996, el título de Doctor en Derecho canónico.
Actualmente, D. Fernando es Vicario General de la Diócesis de Bata, Decano de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial y presidente de la Asociación de Centros Católicos de Enseñanza.
En estos años de expectación y de consolidación democrática del país, hablar de Guinea y su relación institucional con la Iglesia Católica en el periodo que va de 1855 a 1992, como lo hace el Dr. Fernando, es hilar fino y estructurar, con la atención de un verdadero perito ecleciasticista, los fundamentos del practicismo de una Iglesia local y el nacionalismo cristiano de los principales actores de la Política Nacional.
Iglesia y Comunidad política en Guinea Ecuatorial
El abundante material histórico-jurídico que presenta el libro que estamos prorrogando justifica, entre líneas las reflexiones introductorias para la compresión del tema principal de este libro.
La Historia colonial de Guinea Ecuatorial es imagen y semejanza de la historia de la iglesia local, desde su instauración simultánea con el poder protector, el Estado colonizador. Los conflictos intereclesiales entre Mons. Le Berre, Vicario de las dos Guineas, Francés, con el P. Vall-Llovara, Claretiano Español, reflejan la defensa de ambos, de los intereses políticos de sus respectivas nacionalidades, a cambio del apoyo y protección, indirectamente beneficiosa de la Iglesia local y con el beneplácito de la Santa Sede.
Es de notar que este tipo de conflictos habían sido ya arbitrados por los Papas, desde 1452 y 1456 a raíz de la disputa entre Portugal y España por el control político comercial en el Golfo de Guinea, hasta llegar al acuerdo de repartición en 1777, Tratado de San Ildefonso.
Las controversias internas crearon e instituyeron relaciones, derechos y privilegios de la Iglesia por parte de los diferentes gobiernos. Todo ello, eleva el hecho religioso a rango político, propiciando el principio de la unidad de acciones entre la Evangelización y la tarea de Españolizar a la colonia y de procurar la atracción del nativo, a cambio de la protección jurídica y presupuestaria. De lo contrario, cualquier intento de incumplir este compromiso, la Iglesia misionera se veía acosada, reprimida, reprendida o restringida. El ejemplo lo tenemos en una carta que Mons. Armengol Coll, Prefecto Apostólico envía a la Santa Sede, expresando su miedo, el posible desagrado a Madrid sobre la intención de elevar la prefectura a Vicariato, ello supondría el incremento del presupuesto que tiene asignado el gobierno central a las misiones.
Con estos datos históricos, no se puede todavía hablar de relaciones Iglesia Estado en Guinea Ecuatorial, hasta el año 1968, fecha en que nace una clase política como resultado de las reivindicaciones independentistas y la posterior crisis provocada inmediatamente por el primer Presidente de la República Independiente.
Los conflictos registrados en ese periodo solo se justifican en la conciencia de que, como lo exigía el poder colonial, la Iglesia implantada, se convirtiera también independiente, instrumento del poder constituido. Si por Concordato, la Iglesia Española exigía su intervención, aunque fuera indirecta, en el nombramiento de Obispos, las autoridades guineanas, veían lógico su intervención en muchos casos, a falta de lo cual, se consideraba automáticamente a la Iglesia como supervivencia del poder colonial, olvidándose de los numerosos aportes al desarrollo y a la dignificación de la persona humana, por medio de la educación, la cultura y la asistencia social.
La comunidad política en un país de mayoría política
Guinea Ecuatorial es un país de mayoría Católica, fruto de la colonización Española. El impacto del cristianismo sobre los modos de vida y otras consideraciones sociológicas, es, evidentemente inspirador de evolución política y cultural. Desde esa óptica se contemplan todo tipo de problemas y sus posibles soluciones, en la igualdad de intereses locales defendidos.
Hay, sin embargo, dos razones que merecen una particular atención en el caso de Guinea Ecuatorial: por un lado, la comunidad política ha ido formándose con distintos matices políticos. La influencia que ejerció sobre el país la Unión Soviética de tendencia revolucionaria Marxista y la evolución hacia el pluralismo político. Por otro, la existencia de la religiosidad natural de la población, como un hecho grupal doblemente cultural que envuelve la ética y la moral colectiva.Cuando a nivel institucional han surgido disentimientos, estos se han resuelto desde esta convicción interior, sin necesidad de recurrir, muchas veces a mediaciones jurídicas.
Al menos desde 1979, las tensiones se han aminorado considerablemente, o se han resuelto con otro tipo de persuasión directa por la Jerarquía local constituida. La razón de esta situación, es la asunción consciente de la religiosidad natural como norma de vida que indirectamente se entronca como expresión política, con el cristianismo a pesar de presentarse irremediablemente como religión importada.
El hecho sociológico del cristianismo en Guinea ecuatorial es factor determinante y atenuante al mismo tiempo, que en segunda Evangelización, se traduce como una manera de expresarse totalmente como entidad socio-cultural.
Al ser el hecho religioso, de esta doble dimensión grupal, las normas de vida tienen su fundamentación en la creencia; las prescripciones sociales y los comportamientos humanos. De tal manera que la visión global del mundo incide en las estructuras socio-políticas, al no contemplarse una división nítida entre lo secular y lo sagrado, incluido el cristianismo.
Es más, el éxito del catolicismo en Guinea Ecuatorial, se debe a estas dos razones, de tal suerte que las controversias entre ambas comunidades aparentes, terminan por resolverse con la implicación de toda la sociedad donde se crea, con la intervención eficaz de la Jerarquía local que tiene expresamente el deber de procurar y promover las buenas relaciones con la autoridad civil (christus dominus nº19).
Por tanto, adentrarse en las páginas del libro del Dr. P. Fernando, es ir comprendiendo cómo a lo largo de la historia socio religiosa de Guinea Ecuatorial se ha fraguado un pueblo, un país y una nación con raíces profundamente Cristiano–Católicas.
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